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miércoles, 10 de agosto de 2011

“Yo aspiro a un PPC más popular..., no a una aventura”

 “Humala me preocupa. Tranquilo no estoy. Si hay que salir a las calles a pelear por la democracia, lo haré. Ya lo hice con la estatización de la banca, con el golpe del 5 de abril. No en vano soy rockero, estoy lleno de energía”, nos dice Raúl Castro.

“Que se cuestione al limeño su capacidad de conocer al resto del país es válido. Sin embargo, yo creo que Lima es un pequeño Perú. A Lima le falta el paisaje del Perú, pues este es, en el alma del peruano, algo trascendente y fundamental. Por eso, yo digo que el alma del Perú no está en Lima, sino en su gente y en su paisaje”, nos dice Raúl Castro Stagnaro, ex congresista y secretario general del PPC.

POR LO QUE ME ACABA DE DECIR, ¿SE REAFIRMA EN QUE LIMA ES UN PEQUEÑO PERÚ?

Lima transforma al que llega… como hacen todas las metrópolis. Pero es verdad que hay una distancia comunicacional muy grande entre ella y el Perú profundo, que recibe el input de lo que sucede en Lima con mucho atraso y se demora mucho en procesarlo. Y también, claro, hay una incapacidad de los políticos para transmitir su mensaje y de entender que el resto del país está influenciado por una serie de circunstancias que el limeño no vive…

ESTÁ HACIENDO UNA AUTOCRÍTICA…

Claro, a pesar de que yo, como diría el 'Cholo’ (se refiere a Toledo), me he fajado viajando mucho por el país: le he dado 17 vueltas y he hecho 42 viajes en los dos años de mi Secretaría General en el PPC.

VIAJAR NO ES CONOCER…

Desde adolescente he compartido las vivencias de los peruanos. No solo he viajado siendo político, sino que lo hago desde joven. He vivido con ellos, he pernoctado a su lado (30 días en Huancavelica, 45 días en Huancayo, tres meses en el Cusco), me he movilizado en León de Huánuco, en Morales Moralitos, en los trenes, tirando dedo… todo esto te marca.

¿LOGRÓ QUE LO VIERAN COMO A UNO DE ELLOS Y NO COMO A UN 'TAITA’?

No solo lograba integrarme, sino que me di cuenta de que el peruano del interior es mucho más hospitalario y sano que el limeño: no desconfía, amable, tiene sentimientos nobles. El campesino es una persona abierta al mundo, a la naturaleza, con un alto sentido y comprensión de lo que la condición humana significa. En los pueblos jóvenes de Lima hay mayor hospitalidad que en los barrios de clase media o alta.

SI CONOCE BIEN EL PAÍS, ¿POR QUÉ EL PPC NO TIENE ALCANCE NACIONAL, O ES QUE, ACASO, EL PERÚ ES MÁS COMPLEJO DE LO QUE CREE?

Hay varias respuestas. Primero, hemos tenido un problema comunicacional: hemos hablado con un lenguaje demasiado técnico. Segundo, como socialcristianos, nos hemos negado a hacer demagogia porque no creemos en ella ni en el populismo. La experiencia muestra que al pueblo se le encausa por el populismo y la demagogia y se le gobierna por la razón. Esto no me hace feliz, pero sucede. Tercero, nos hemos negado a usar un lenguaje populista y confrontacional que al peruano lo lleva a elegir y, al poco tiempo, a pedir una revocatoria. Así pasó con Fujimori, con Toledo, con Villarán, y ojalá no suceda con el señor Humala. En los peruanos aflora la tecla emocional, que tiene como factores: frustraciones, resentimientos, ansiedades, necesidades, agotamiento y cansancio de las falsas promesas. Por eso, en un acto de desesperación, el peruano responde emocionalmente.

LO EMOCIONAL NO ES UNA CONDICIÓN DEL ELECTOR PERUANO, ES UNIVERSAL…

Es verdad que, en el mundo entero, el factor emocional es preponderante, pero también es verdad que el Perú es un país muy particular. Emoción siempre va a haber porque somos humanos, pero hay que establecer factores de equilibrio –en el Perú, los políticos se han situado en el extremo de la demagogia y en el extremo de la racionalidad– y conocimiento entre el ciudadano, su futuro y su ejercicio del voto. El peruano no logra entender la trascendencia de su voto: le puede salvar la vida o lo puede matar. Hasta fines de los 90, el PPC estuvo en el extremo de la racionalidad, pero en los últimos diez años hemos tenido campañas, si bien no triunfadoras, sí exitosas. El PPC ha dejado el acartonamiento y ha 'vulgarizado’ su discurso. Esto nos acercó al pueblo, sobre todo al sector 'popular emergente’, que entiende lo que es la globalización, la tecnología, la racionalidad, el buen gobierno, la modernidad...

ESO ME SUENA A CONSUELO. TAMBIÉN DICEN QUE TOLEDO Y GARCÍA GOBERNARON CON SUS IDEAS, PERO EL PPC NO HA GANADO LAS ELECCIONES IMPORTANTES…

Nosotros vamos a gobernar… con quien sea (risas). Por lo pronto, aplicaríamos una verdadera economía social de mercado. Me parece patético el discurso de los nacionalistas. Yo les aconsejaría que hagan una verdadera economía social de mercado –que es subsidiaria a la inversión privada que genera riqueza y suplente cuando esta no existe– y, para eso, no necesitan cambiar la Constitución Política. Con la actual se puede combatir la pobreza.

¿POR QUÉ NO SE PRESENTÓ OTRA VEZ AL CONGRESO?

Por mis discrepancias en el interior del partido: primero, respecto a la incursión municipal de Lourdes Flores; segundo, por la alianza con Pedro Pablo Kuczynski, y tercero, por la inclusión de personas como Daniel Córdova en la lista parlamentaria, quien quiso meterse al PPC a las patadas.

¿QUÉ VA A HACER PARA QUE SU CARRERA POLÍTICA NO DECAIGA?

Voy a ser el presidente del PPC, voy a viajar por el país y potenciar a los cuadros que tenemos, porque en nuestras provincias hay tanto talento como en Lima… y se está desperdiciando. Yo aspiro a un PPC más popular y más integrado a la realidad nacional. Los partidos sin programa, sin doctrina, son aventuras primaverales. No hay que malbaratar la política.

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